Aprender viene en muchas presentaciones

no certificadoEl aprendizaje viene en muchas presentaciones, pero sin duda una de las más valiosos ocurre cuando aprendes algo sobre tí que no conocías. Ya les conté la historia de mi elección profesional y de como llegué 6 años después de mi primer diplomado al famoso examen de certificación del Consejo Nacional de Educadores en Diabetes. Ahora les voy a contar lo que aprendí al presentar ese examen.

La teoría…

La evaluación empieza con un examen teórico de 200 preguntas de confusión múltiple, todos hemos pasado por algo así:  A y B son correctos, ninguna de las anteriores, todas las anteriores … hay 3 horas de tiempo límite para responder, se pide que dejes todas tus pertenencias en un salón y entres con solo una calculadora a otro salón donde te dan un lápiz y el abultado sobre con las preguntas. yo agregué a la calculadora mi medidor  y mis tabletas de glucosa. Como a los 15 minutos de haber empezado escucho el característico tiriririiii de la microinfusora, me medí y tenía 60… normalmente hubiera tomado una tablea de glucosa para subir aproximadamente hasta 80, pero preferí tomar 2 por si las dudas, normalmente con 2 tengo para llegar a 100 mg/dl.

La concentración que uno pone para responder cada reactivo es agotadora, cuando llegué a medio examen, una hora y cuarto después, miré en la pantalla 60 y dije no esto no va bien, tomé otras dos tabletas de glucosa y decidí reducir la basal al 50%,  seguí respondiendo, ya en la recta final empecé a ver que los cuadritos de la hoja de respuestas se movían, claro- pensé- llevo casi dos horas y media viendo cuadritos ¡a cualquiera se le mueven!, … ya bajé la basal y tome 4 tabletas de glucosa… empiezas a notar que el tiempo se agota y que una que otra persona ya ha terminado, después de llenar el último cuadrito, entregué las hojas, tomé mi medidor y creo que fue el número más bajo que he visto en mis 19 años con diabetes: ¡25!, un error del medidor, no lo sé, pero más me valía comer algo en lugar de repetir la medición en ese instante… salí rápidamente a la mesa de refrigerios: si, yo caminaba, hablaba, estaba consciente de todo y hasta podía responder reactivos de un examen…  comí un plátano entero, un yogurt bebible y me senté un rato, volví a medir y vi un feliz 85 mg/dl con todo eso que comí y basal al ¡¡50%!!  me queda claro que concentrarse y pensar consume glucosa mucha glucosa, yo hubiera esperado más bien resistencia por estrés que hipoglucemia por ¿exceso de concentración?… pero eso no viene en ninguna de las referencias bibliográficas de la guía de estudio…   Por supuesto que volví a subir mi basal a la dosis normal y me puse un bolo para una parte de lo que comí, después de todo eso sin un bolo hubiera tenido una hiperglucemia monumental… qué hacer en situaciones como esta, no fue parte de las preguntas del examen pero es lo que necesitamos hacer todo el día en todo momento una música de fondo que calcula cuándo fue la última vez que te pusiste un bolo Elena, qué comiste, cuánto comiste, qué comerás, cuánta insulina te pondrás…

Glucosa en orden y ahora la práctica…

Algo que es para reconocerle al equipo de evaluadores es que se esfuerzan por hacer el proceso eficiente,  tan pronto terminas el examen teórico, lo califican y te indican, si respondiste bien a más del 65%, que has pasado a la siguiente etapa que consiste en un examen práctico. Y si la apruebas, en ese momento se imprime y firma tu certificado.

En el examen práctico la cosa es distinta  entras a un salón con 2 sinodales, te asignan intencionalmente, no al azar,  dos temas (2 de los 7 comportamientos de la AADE) a explicar a un paciente ficticio que es representado por uno de ellos y tienes 20 minutos para explicar cada tema haciendo uso de todos los materiales educativos que hayas llevado, el sinodal observador tiene una lista de aspectos (desconocidos para el evaluado) que debes tratar durante la exposición (así o más estresante), uno no sabe cuál es el criterio que utilizan para decir si aprobaste el examen práctico o no, tampoco sabes qué es lo que están evaluando.  Me pidieron que explicara el comportamiento: “Alimentación saludable”  y “Reducción de riesgos” a una paciente con diabetes tipo 1 de reciente diagnóstico. Mis 20 minutos de alimentación saludable con conteo de carbohidratos, lectura de etiquetas etc., todo muy bien, pero el tema de reducción de riesgos, en este contexto, se  reduce a: saber cómo tomar la tensión arterial y saber cómo hacer una completa exploración del pie (que sería lo último que haría en una sesión con alguien con diabetes tipo 1 de reciente diagnóstico, es más, en mi opinión, no es parte de la función de un educador realizar ningún tipo de examen físico, pero reconozco que yo sabía que era parte de lo que se podría evaluar y a eso fui). Pues no pasé el check list del tema “reducción de riesgos”, mi exploración de pie no fue completa, y no tomé la tensión de acuerdo con la norma, así que desde ahora se los digo: si quieren una toma de tensión arterial o una exploración del pie ¡no me busquen!, por favor pídanle a su médico en cada visita que les haga una exploración de pie y les tome la tensión arterial, es el profesional indicado para darles un diagnóstico y tratamiento en caso de que lo necesiten. Yo como educadora con mucho gusto les puedo ayudar a comprender qué significa y en qué consisten la prueba de la HbA1c y otros estudios periódicos que el médico indica para evaluar nuestro control y prevenir complicaciones a largo plazo (reducción de riesgos).

Y ahora ¿segunda vuelta?

Pues salí con un nudo en la panza, no pasé el examen práctico en primera vuelta, pero en unos minutos más podría repetirlo en una segunda oportunidad con 2 sinodales distintos y 2 temas distintos. Empecé a preguntar a las otras compañeras que salían qué temas les preguntaron… a casi todas, Lic. en Nutrición, les preguntaban: “insulinas”, puedo entenderlo, buscan preguntar el tema en el que suponen por tu perfil que eres más débil para evaluar si lo puedes desarrollar, como dije, puedo entenderlo, pero sigo meditando ¿será lo más adecuado evaluar con esta perspectiva?

Segunda vuelta temas: insulinas y ejercicio ya no les hago el cuento más largo, misma historia con más presión, esta era la última oportunidad… pero esta vez, después de deliberar, regresaron a darme mi retroalimentación, yo ya con el estrés a tope pregunté directamente: -pasé o no pasé – Sí- respondieron. Respiré.

En mi experiencia esta segunda parte del examen tiene un área de oportunidad de mejora enorme, por decirlo elegantemente, no sé otros, pero al menos yo no lo viví como una evaluación de las habilidades de un educador en diabetes: escucha activa, diagnóstico de necesidades educativas, definición de prioridades de acuerdo con el caso y el interés de la persona, selección de técnicas y herramientas didácticas, establecimiento de metas, planeación, implementación y evaluación de una sesión práctica… nada de eso, yo lo viví como un examen teórico en modalidad oral, poco transparente y totalmente subjetivo, se supone que los conocimientos teóricos ya fueron evaluados en la primera parte, ¿cuál es la necesidad de tener esa lista oculta, y con criterios misteriosos como instrumento de evaluación?, en lugar de , por poner solo un ejemplo, una rúbrica pública y transparente donde sea claro qué es lo que se espera que los evaluados demuestren para considerarse competentes como educadores en el aspecto práctico.

certificadoFinalmente…

6 años después… experiencia vivida, reto superado, aprendí que la teoría que se enseña en la mayoría de los diplomados (que es lo que se evalúa en este examen) no es ni la décima parte de lo que hace falta para ser educador, eso nunca se deja de aprender y no se aprende en cursos, ni en libros. Agradezco que no me hayan permitido hacer el examen antes, pues estos 6 años me han dado experiencias invaluables como profesora, ponente, educadora, voluntaria, esposa, amiga… he aprendido mucho de lo que no se puede aprender del todo en un breve curso escolarizado de 6 meses: trabajo en equipo, acompañamiento, escucha, que no todo es como dicen los libros, no hay blanco y negro sino un mundo de colores por compartir para seguir aprendiendo con otras personas como tu y como yo…

Les comparto esta frase de Jean Piaget con la que me quedé reflexionando días después del examen. La leí en la presentación final de un equipo de alumnas en el diplomado más reciente en el que tuve oportunidad de participar:

“El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de hacer cosas nuevas, y no simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron”

 

 

El certificado no hace al educador en diabetes

Imagen de  Capture Queen ™ bajo licencia CC de Atribución: https://www.flickr.com/photos/uaeincredible/231011361
Imagen de Capture Queen ™ bajo licencia CC de Atribución: https://www.flickr.com/photos/uaeincredible/231011361

¡Hoy les tengo una buena noticia!, esas  de las que hay que gritar fuerte para que se escuchen pues no se dan todos los días y nos dan esperanza, que tanta falta hace. Hoy puedo dar testimonio de que las instituciones pueden escuchar y dar respuesta a las necesidades de las personas a quienes brindan un servicio y abrirse a que no todo es blanco o negro, de pronto puede haber espacio para los colores.

¿Pero de qué hablas Elena?

La historia es larga procuraré resumirla. Como ya saben,  yo estudié la hermosa licenciatura en Diseño Industrial,  y la volvería a estudiar feliz porque durante 4 años me entrenaron para identificar necesidades y resolverlas de la manera más creativa posible, ahí decir  “eso no se puede hacer” no era una opción. En 2008 hice mi primer diplomado  de Educación en Diabetes en la Federación Mexicana de Diabetes, en ese entonces lo impartía el Dr. Enrique Pérez Pastén, aprendí un montón de cosas y decidí que a eso me iba a dedicar : yo quería ser Educadora en Diabetes, pero al término del diplomado me enteré de que no me darían ningún reconocimiento (ni siquiera uno como “consejera en diabetes” que fue una modalidad que existió algún tiempo para “no profesionales de la salud”),  las condiciones habían cambiado y como yo no tenía una licenciatura en el área de la salud no sería posible tener un diploma, y sin un diploma tampoco es posible presentar el examen de certificación del Consejo Nacional de Educadores en Diabetes (CONED)… “Lo más fácil, si de verdad quieres ser educadora, es que estudies la licenciatura en Nutrición”- me decían.  Pero yo no quiero ser nutrióloga, ¿qué problema le ven a que yo me dedique a la educación en diabetes y no a la asesoría nutricional?

El día que me dijeron  “Tu no puedes” (ya saben como son ese tipo de momentos) decidí demostrarme a mí misma lo contrario.

Empecé a desarrollar materiales educativos, como las listas de alimentos para conteo de carbohidratos, que salieron de la tesina de ese primer diplomado. Hice la Maestría en Educación, que era lo que para mí tenia más sentido si quería especializarme en esto. Luego me invitaron a dar clases en el diplomado de formación de Educadores en Diabetes de ReMeDI. Un buen día pregunté al Dr. Joel Rodríguez Saldaña si al cursar y aprobar su diplomado era posible obtener un diploma con el aval correspondiente y  me respondió que sí. Así que me inscribí, cursé este segundo diplomado y esta vez si obtuve el “papel”. Pero el camino hacia un reconocimiento oficial de la disciplina de la Educación en Diabetes es bastante complejo aún, ya que los diplomados no son grados académicos, es en parte por esto que en México es difícil encontrar plazas de trabajo para Educadores en Diabetes, no existe esta figura en el sistema de salud formalmente, hay mucho camino por andar. El paso que sigue a los diplomados es presentar el examen de certificación del CONED, pero ¿qué creen? – es requisito tener una licenciatura en Nutrición, Medicina, Psicología, etc. Diseño industrial y diabetes tipo 1 no están en la lista.

EL CERTIFICADO NO HACE AL EDUCADOR

Lo pongo en grande, educadores somos todos, todos aprendemos con todos, como diría Paulo Freire, pero cuando decides dedicarte profesionalmente a algo y hacerlo sostenible, resulta que los papeles a veces abren o cierran oportunidades. Algunos laboratorios que contratan educadores en diabetes solo buscan a los que están certificados, en ocasiones los tabuladores de honorarios son distintos para un educador certificado o no certificado, me gusté o no es la realidad.

Durante estos 6 años que han transcurrido desde mi elección profesional, cada vez que en algún foro, congreso, conferencia, me encontraba con los miembros del CONED les hacía la misma pregunta: ¿Cuándo van a modificar sus estatutos? ¿Cuándo nos van a dar la oportunidad de evaluar nuestras habilidades a personas que nos dedicamos a educar en diabetes profesionalmente aunque no demos consultas nutricionales, terapia psicológica o prescripciones médicas? Si no aprobamos el examen, no hay certificado como cualquier otro aspirante- les decía. Las respuestas, aunque no definitivas, nunca eran muy alentadoras. Llegué a pensar en estudiar la licenciatura en Nutrición en lugar del Doctorado en Educación, pero mi intuición me decía que eso no tenía ningún sentido, yo no quiero dedicarme a la Nutrición y ya hay excelentes profesionales en ese campo con quienes se puede trabajar interdisciplinariamente. Así que seguí mis instintos.

Y los papeles sirvieron para algo…

A principios de este año, como parte de los requisitos para mantener mi beca en el doctorado, tuve que digitalizar todas las evidencias académicas que tuviera en mi historia, por supuesto 90% son cursos, conferencias, ponencias,congresos, pósters, clases sobre educación en diabetes. Así que me dije a mi  misma: “Siempre me quejo de que no me puedo certificar, pero nunca he presentado mi solicitud, con evidencias de mi experiencia, para pedir que se revise mi caso formalmente…”   y que lo hago … y para mi muy grata sorpresa la respuesta fue afirmativa ¡aquí está!:

carta

Tengo un par de semanas para estudiar para este examen, no sé si lo aprobaré o no, pero algo aprenderé ,seguro, lo más significativo para mí en este momento es confirmar ,una vez más, que hay manera de ser escuchados: con trabajo, resultados pero también haciéndonos escuchar.

Gracias

Gracias a todas las personas que me repitieron que yo no podía ser educadora en diabetes, de verdad gracias porque me ayudaron a mantener viva a la diseñadora industrial que no conoce el “eso no se puede” y busca la manera más creativa de resolverlo.

Gracias también a todas las personas que creen en mí siempre, a mi esposo Gonzalo que me escucha y me ayuda a valorar los siguientes pasos de cualquier cosa que se me ocurra. A mi endocrinóloga, amiga, socia, cómplice Raquel Faradji, que me enseñó que había un mundo más allá de la NPH y que siempre está ahí (aunque esté viajando por el mundo) para cualquier cosa desde inventar nuevos proyectos de investigación y de educación hasta para ajustar mis basales. A mis amigos y glucolegas Mariana y Marcelo (y todos los que no me cabrían en este post si sigo escribiendo) con quienes puedo llorar mis penas, quejarme de mis hiperglucemias pero también reir y pensar seriamente cómo “salvar al mundo” de la ignorancia en este tema.

Gracias a la generosidad y confianza de los profesionales, médicos, nutriólogos, psicólogos, endocrinólogos que me dan la oportunidad de trabajar con ellos haciendo equipo y que me apoyaron para presentar esta solicitud: Israel Lerman, Carlos Antillón, Joel Rodríguez, Carmen Rangel, Andrea Rosales, Joaquín Joya, Gladys Bilbao y Marian Villanueva con quienes he aprendido y crecido mucho.

“No dejes que alguien más decida por ti quién quieres ser, con y sin diabetes, con diplomas y sin diplomas, con certificados y sin certificados, puedes trabajar para darle a tu vida el sentido que a tí te de la gana” – he dicho.